Vértigo al frío

Y cuando huyes detrás de ti, ¿a dónde pretendes llegar? Vértigo al frío es una alegoría a la necesidad casi innata de los seres humanos de buscar y a la vez de huir de todo aquello que nos da frío. El miedo, la tristeza, la confusión que se siente cuando este nos paraliza. El instinto recurrente de quedarnos a vivir en el frío para acabar descubriéndonos a nosotros mismos, para acabar definiendo lo verdaderamente importante. Es abrazar el vértigo que sentimos en cada paso desde que aprendimos que, por mucho que nos agarremos, caminar solo es la consecuencia de haber caído, y menos mal. Una oda a la nostalgia, a la esperanza y al paso del tiempo. Es una obra de aire optimista y de superación personal. El beso que yo misma puse en mi frente, con boca de otros. Un punto y seguido que no olvida que la luz encuentra cobijo entre las sombras. Es atreverse, por fin, a perseguir las brasas que no queman la piel, sino aquellas que nos incendian por dentro. «Nadame equilibra másque refugiarme en el riesgode entregarme entera».